3 de agosto, 2008

Cualquier verdadero guerrero que se precie a serlo lucha con convencimientos y códigos establecidos en su interior, por lo mucho que ha visto y vivido en su dilatada existencia.

Sabe juzgar lo bueno de lo malo, sabe retirarse a tiempo y guardar silencio, ese silencio que tanto daño hace al rival en su contienda, y es entonces cuando el guerrero siente que está en equilibrio con él mismo, con su cuerpo, espíritu y su alma. Sabe que jamás será vencido si sigue sus códigos, que preserva y le hacen estar unido a algo superior a lo terrenal, tiene fuerzas para superar las tempestades de la existencia y salvaguardar su supervivencia para seguir hacia delante.

A veces se siente desafiado y quienes les envidian intentan enseñarle ciertas artes que el guerrero ya aprendió, pero a veces el combate se hace inevitable y es entonces cuando el guerrero demuestra su capacidad, con golpes duros y certeros, físicos o con la pluma, con todas sus armas y así encontrar la paz y armonía, pero siente que siendo tan superior nunca debería de haber utilizado sus artes. (Lucha interna).

Un guerrero cuando sufre una injusticia busca la soledad, para no mostrar su dolor a los demás, esto puede ser bueno y malo a la vez. Porque una cosa es que tu corazón sane lentamente y otra estar dándoles vueltas meditando durante todo el día, con miedo a parecer débil.

Es entonces cuando el guerrero siente que existe dentro de él un ángel y un demonio, y sus voces son diversas, el demonio alimenta y recuerda con su voz cuando más solitario está el guerrero, las injusticias que se cometieron en contra de él y le empuja hacia una venganza rápida y feroz, intentando demostrar lo vulnerable que puede llegar a ser al caer en estas tentaciones de sed de venganza y otras.

El ángel aparece cuando menos se lo espera por boca de otra persona y cuando está a punto de caer en el desafío del demonio, éste le calma con razonamientos sencillos, claros y directos al corazón.

Los mayores errores de un verdadero guerrero son actuar antes de tiempo y dejar pasar su oportunidad, se necesita paciencia y rapidez, haz el bien despacio y el mal rápido, (Maquiavelo).

Cada momento es único, cada situación diferente, pero llegado hasta ese punto ya no escucha, no necesita consejos de nadie. (Lucha interna).

Aun a sabiendas de que no debe meterse en ningún asunto sin haber estudiado previamente la retirada y tener otro plan, y por otro lado entra y sale deprisa compulsivamente, contradiciendo sus códigos internos.

En el intervalo del combate el guerrero descansa, muchos días sin hacer nada, pues su corazón así se lo exige, pero su intuición permanece siempre alerta, mientras descansa y ríe, pero siempre estará atento.

El guerrero entra en una crisis profunda cuando sabe que el demonio y el ángel se disputan su alma y espíritu, y es entonces cuando el guerrero sufre y siente miedo, ambos, ángel y demonio parecen querer ayudarle, las palabras son parecidas, pero el contenido no, entonces es cuando el guerrero puede yacer en su afán de no seguir con sus códigos o coger fuertemente la mano de su ángel, su ángel de la guarda.

JUEGO A SER LOCO, PARA SOBREVIVIR EN ESTA VIDA LOCA.