17 de octubre, 2009

La historia sucedió en la isla balear debido a un viaje programado por un ayuntamiento de las cercanías de Madrid.
Se trataba de un viaje a la isla de siete días con sus noches correspondientes a un precio muy barato, lo cual hizo que la gente con menos poder adquisitivo y a su vez mas golfa se apuntara al susodicho viaje.
Y ahí empezó todo, cuando fuimos a partir rumbo a la isla, nos encontramos viejos amigos/as y ya desde la estación de RENFE fuimos subiéndonos las emociones de forma espectacular, había quien ya estaba borracho o en su defecto con algún cigarrillo de humo de más.

El caso es que del viaje hasta Mallorca pocos se acuerdan (autocar, barco con noche…), más bien se empieza a recordar desde el primer minuto en el que llegamos, ya era todo un despilfarro, antes incluso de que nos dieran las llaves de las habitaciones, demasiada adrenalina.

Me tocó con un viejo amigo, guapo, rubio y seguro de sí mismo, con las ideas claras de lo que deseaba realizar en esa excursión, y a Dios pongo por testigo que lo consiguió, mas no le puedo reprochar que no durmiera conmigo ni una sola noche y sí con una de las chicas de la habitación de al lado, me moría de risa cuando sonaba el famoso tac, tac del choque de la su cama con la pared de mi habitación, pero más gracia me hizo cuando me llamó y me dijo que había tenido un problema y que le ayudara, había roto la cama y el cuadro que estaba arriba lo descolgó, se cayó, y se partió, le dije que esa no era su habitación y que respondieran las chicas de la misma, se empezó a reír y no supe más del asunto, cada uno íbamos a nuestra propia espiritualidad o a lo que fuere.

Pero ya el segundo día por la mañana me había llamado poderosamente la atención un muchacho que pude divisar desde mi balcón, mientras los demás habían alquilado motos y hacían barbaridades con ellas y todo tipo de carreras y malabarismos, el muchacho paseaba junto a ellos, sin apenas percibir el peligro y con su cámara en mano, fotografiaba a las flores, árboles y mariposas.

En cuanto tuve la oportunidad de poder hablar con él, lo hice, rompiendo el hielo diciéndole que le había visto desde el balcón haciendo fotos y que casi le atropellan los locos de la moto, me contestó que ni se había dado cuenta de tal detalle, me entró la risa floja, porque era imposible, salvo y que, Dios me perdone, fuera autista. La cuestión es que el chico era homosexual, pero de los que adoran a sus madres y su voz es muy pronunciada hacia la homosexualidad, de los que no les importa nada en absoluto ni su voz, ni sus maneras, nacen así y ya está.

Este tipo de personas son muy buenas, sensibles y de hacer favores, y entablamos una bonita amistad, me explicaba lo que le gustaba fotografiar y sus anhelos en la vida.
Debo reconocer que me gustaba estar con él porque me encantaba cuando ni miraba a las chicas, que estaban buenas, porque estaban buenas, y se fijaba en un jarrón de flores y me explicaba qué tipo de flor era y el jarrón, algunos de la dinastía Minh, otros de Palencia, otros de Bulgaria y en fin, me encontraba con alguien auténtico de verdad, EL GRAN CHAVINY, que jamás le olvidaré.

Los demás compañeros de viaje seguían haciendo de las suyas, rompiendo cosas, comprando bebidas y por las noches unas borracheras de muerte, eran unos vándalos sin ningún estilo, parecían termitas, por donde pasaba no crecía el “suelo”.

Por fin me encontré con mi compañero, el guapo, rubio y ya seguro que virgen, me preguntó qué tal con las chicas, le contesté que nada, a lo cual me dijo, pues la compañera de la mía quiere dormir contigo, el COMPROMISO MAS GRANDE EN CUESTION DE AMOR DE MI VIDA. Le dije que no la dijera nada, que yo estaba a mis cosas, pero como no podía ser de otro modo, según me acosté solito en mi habitación, mientras escuchaba el tac, tac de mi compañero en la habitación contigua, apareció la chica que no recuerdo su nombre, llamando a mi puerta. Ya sabía que sería ella, por respeto la abrí, y la dije que me dormía y que ella podía dormir en la otra cama, ya ya, menudas son estas pájaras, encendió la luz y con una bata azul como parecida a la seda se la abrió justo a menos de un metro de mi cara, y vi lo que se tiene que ver.

Pero había un gran problema, yo tenía novia y unos valores que ahora no tengo, por lo menos esos, no podía hacer nada, YO SOY FIEL, le expliqué la situación, pero como insistía y no podía darla una patada en el culo, eso sería de muy mala educación…le repetía lo mismo y ella seguía, la dije que podía dormir conmigo, pero nada más y tapada y seguía y seguía esta vez con los pies y sus labios sobre mi cuello, luego las manos juntándomelas. Al final me tuve que poner duro y decirla que se marchara de la habitación, pero noté que me faltaba un anillo y es que me había dado el cambiazo con el suyo, no sé como, ni el significado de la acción, pero la pedí el mío, era un regalo de familia, la verdad es que eran casi iguales, los dos de plata, pero el mío era el mío y solo mío.

Me vino enseguida a visitar mi compañero y me preguntó que qué pasaba que la chica estaba llorando y si yo no quería hacer algo con ella. Le expliqué lo de que yo era fiel a mi novia y que no haría nada con ninguna chica en la excursión, todo esto en calzoncillos en mitad del pasillo de la 5ª planta del hotel. Me recordó que era la compañera con la que él estaba rompiendo la cama y tirando cuadros, y qué haría con ésta. El caso es que nadie estaba en las habitaciones suyas porque estaban revueltos, así que se encargó de que durmiera con otra chica y yo en mi cama y SANTAS PASCUAS.

Al día siguiente me informaron de que a la intrusa la había dado un bajón o subidón de azúcar en la sangre porque era diabética, me fui a jugar al billar con la extrañeza de todos los presentes de que no fuera a ver como estaba a su habitación. Entonces surgió la sorpresa, el gran CHAVINY, propuso la fiesta de la sábana, todos iríamos a una habitación o a dos para, con un a sábana sobrepuesta sobre el hombro como los romanos solamente en el cuerpo empezáramos a beber y a realizar lo que nos viniese en gana.

Me hice el lugarteniente ficticio del GRAN CHAVINY y solo repetía, las normas las pone CHAVINY, él ha propuesto la fiesta, él es el caudillo, tenemos que hacerle caso en todo aquello que diga. Los gamberros locos motores ya el último día no podían ni moverse, y ya solo quedábamos la vieja escuela, mi compañero rubio y guapo, un casado y su mujer, unas 10 chicas de esas que se las saben todas y alguna más yo, alguno rezagado que se apuntó y el GRAN CHAVINY.

Compramos bebida y todos para la habitación, con música y con la sábana que habíamos hablado, con poca luz. Mi compañero me dijo que estaba harto de la que desde el primer día se acostó y quería lanzar un último cartucho. Las chicas, no se por qué, saltaban sobre la cama, como poseídas y yo me encontraba en el suelo junto al casado y mi amigo. CHAVINY, muy cuidadosamente, se había preparado como un auténtico romano, ¡tumbado sobre una camilla, su toga y alimentos al alcance de la mano, cada vez que le veíamos, nos moríamos de risa, era muy cuidadoso y perfeccionista, era simplemente, EL GRAN CHAVINY, estaba ocurriendo de todo, raro y él como el día de las motos, a lo suyo, a comer, a reír y a beber.

Me dijo que le acercarse el chocolate, se refería a una botella de Baileys, creí que lo decía en broma, y mientras la algarabía seguía, las chicas ya borrachas y mi amigo guapo y rubio con una besándose, el GRAN CHAVINY seguía bebiendo lo que el creía que era chocolate, y repetía una y otra vez , qué malo me estoy poniendo, qué calor, pero ya nadie hacia caso a nadie, o quizás demasiado, el caso es que un chico sin par, un simpático de la vida, comenzó a decir a su mujer que ella no debería de estar allí, la mujer que no había bebido apenas, lógicamente le decía ¿por qué no? Y él como un cabestro, y cachondo perdido, solo repetía, me quitas mi libertad, no me dejas respirar, vete, la mujer abochornada se marchó, y él se juntó con una perdida y empezaron su fiesta particular. Yo creo que todos estaban locos, pero el más loco era yo por estar allí en esos momentos.

A la media hora entra la mujer del simpático y le piílla con la perdida, y Dios mío, nunca se olvidan estas situaciones, en lugar de enfadarse ella, se enfada él, con una borrachera del copón, y la dice que no le corte el rollo y que para qué vuelve, que no le deja vivir, dónde está su libertad, todo ello con una botella de güisqui en la mano y la perdida agarrándole del brazo. Increíble, pero así es la vida, la mujer se fue llorando y me dió pena. Salí al pasillo con ella y estuve hablando 5 minutos con ella y me propuso, lo juro por Dios, que me fuera con ella a la habitación, la dije que no podía ser, pero salió en ese momento su marido y yo me desmarqué, y éste fue diciéndola que como se atrevía a hablar conmigo, y que era una sinvergüenza, tuve que intervenir, y me dijo el simpático casado, ya se que tu no tienes la culpa, es ella que te ha querido comprometer, yo alucinaba en colores.

Volví a la habitación y el GRAN CHAVINY, se había terminado la botella de Baileys, le abracé como a un hermano y le dije ¿qué tal te lo estas pasando? Contestó, con mucho calor y me da vueltas la cabeza, y eso que me he bebido unas cervezas, algo de cava, y la botella de chocolate sin alcohol. ” Hostias sin alcohol – le digo-, si es Baileys y tiene muchos grados” Le mostré la botella y la graduación alcohólica y cuando se quiso levantar de su cómodo regazo cayó al suelo fulminado.

En ese momento acabó la fiesta, los polvorones, la sangría, el cava, los amores, todos al hospital con el GRAN CHAVINY, diagnóstico, coma etílico, tuvo que quedarse dos días más en Mallorca, bueno en el hospital de Mallorca, con un lavado de estómago y con suero .

Y esta es la historia de la aventura en Mallorca, y del GRAN CHAVINY,
PARRANDERO, FOTOGRAFO Y BEBEDOR.