18 de Abril, 2011
Mucho se habla de leyendas negras acerca del sistema en el que vivimos, unos piensan que nos manejan personas oscuras que se reúnen en hoteles lujosos mientras entre canapé y champán deciden el camino a seguir por el resto de los mortales e ignorantes, que solo nos guiamos por las decisiones de estos ilustrados en las artes de la manipulación y de los mensajes subliminales para que nos mantengamos en un cierto orden para satisfacción de los señores/as “malignos” de rostro impenetrable.
Otras personas creen que el poder de las máquinas y su información, tarde o temprano acabarán imponiéndose al ser humano y de esta forma y manera ser vulgares seres sin conciencia, memoria, pasado, en fin, unos esclavos en este mundo de lo propio que nosotros creamos. Y es cierto que hoy en día solo nos falta un microchip en las orejas, (los perros ya lo tienen) para ser identificados en todos nuestros ámbitos de la vida, como la vida laboral, historial clínico, certificado de penales y muchos más registros. Y sí, es probable que un buen día se levante el ordenador con el cual trabaja la persona en cuestión y diga con una voz ronca e inflexible: “me voy a desayunar”, y se quede en el mesón de enfrente tomando un café con una copa de anís, jugando a la máquina tragaperras, una hora de descanso.
También existen los tontos de remate, necesitados de amor, de hacer el amor o carencia de un gesto afectivo hacia ellos por parte de un vecino/a, un animalillo, o un grupo de amigos gordos cerveceros que le quieran en su equipo de dardos del mismo barrio donde habitan, y al no conseguir ese “algo”, ingresan por su propia voluntad en una secta, que ya no podrán salir con la misma voluntad. Ellos se acercan a estos listillos sectarios y le ven, le notan, le huelen esa debilidad y lo cazan como a un conejo, al principio con un bombardeo de amor y más tarde con un bombardeo de estupideces relacionadas con el fin del mundo, el Apocalipsis, el ser del grupo que se salvara de todos los males que aterran a todo lo que nos rodea, para finalizar el individuo bombardeándoles de dinero de su cuenta corriente y todos contentos, los tontos protegidos, y los listillos agradecidos y mal nacidos.
Pero amigos/as, el tema requiere de una apreciación más sensata, sincera, reflexiva y científica, esto último es poco probable, pero tengamos fe y esperanza que es lo último que se pierde, en mi opinión la realidad es que vivimos dentro de un GIGANTE.
Carl Sagan y otros no se percataron de esta teoría, porque sus miras eran poco extensas y elevadas, cometieron el error de pensar en un universo, infinito o finito, si las estrellas sumadas serían un número par o impar, en un cosmos y sobre ellos sus diversas teorías planetarias, galácticas etc.… el trabajo lo dejaron a medias o solo en un epílogo muy corto ya que el tema del cosmos no es baladí, obviamente, y había que hacer una apreciación más precisa y contundente, sin devaneos, ni vacilaciones, todo lo que estudiaron y todas sus teorías se encierran en lo que sucede en los cielos y mi opinión es que es en varios granos que tiene un gigante en sus diferentes órganos. ¿Y el gigante? Pues yo que se, ese no es mi universo, vivirá dentro de un toro universo, o será grano de otro grano hasta ahí, debo de ser sincero, ya no llego.
El Sol se encuentra es el cerebro del gigante, que se enciende y apaga según se encuentre, dormido en su noche, en la siesta, quizás tenga insomnio o este muy adormecido, de esta manera en la Tierra según que zonas sale el sol y en otras está a oscuras, depende de cómo duerma o este despierto adquiere una forma y ésta marca la oscuridad o la luz.
Los planetas, concretamente los conocidos, son células muertas, no sirven para nada en concreto, pero si faltaran quizás el gigante se sentiría débil por la falta de plaquetas, las galaxias más próximas es otra historia, estas si hacen una función en su garganta, depurando y aleccionado sus alimentos para ser bien digeridos y que no lleguen al estómago donde existen un sin fin de estrellas que podrían verse afectadas, pues si chocaran, podría salir de ellas con la velocidad del rayo un meteorito y éste perjudicarnos a los demás, bueno a la Tierra, los demás que nos importan…
La Tierra está en el estómago, en la parte baja, si el gigante bebe una noche de desenfreno, esto provoca inundaciones, tsunamis, y tragedias por el agua, que en realidad es una resaca de órdago, y que el gigante esta intentando digerir, y a su vez llora sus penas de arrepentimiento por haber bebido y no ligado, y sus lágrimas son para la Tierra un auténtico desastre, ríos desbordados, corrimiento de tierras, una pena.
Los fuegos no son más que cuando se fuma un puro, un cigarro o alguna vez alguna comida picante, el muy bribón, esto produce auténticas tragedias para su flora intestinal y para nuestra flora y fauna, podríamos decir que nos quema.
Cuando eructa o tiene flatulencias, está claro que provoca, como no podía ser de otra manera, los temibles huracanes, tifones que se cobra tantas vidas de nuestros semejantes, de una forma miserable, pues muchos de ellos acaban saliendo, que en realidad es entrando, en nuestro planeta por el culo del gigante, se sumergen en el mar para nunca más ser vistos.
Y de esta forma se podía ir por todo el interior del gigante, que es nuestro universo, y sacando conclusiones, cada cual la suya. Sería de gran importancia que cada persona aportara algo nuevo en un trabajo de no menos de 15 folios escritos con “ordenador” y no más de 25 folios, de esta manera intentaríamos averiguar la edad del gigante y sus costumbres, ya que una vez sabidas, sabríamos como evitar según su comportamiento y edad, sus movimientos etc.…, consecuentemente podríamos saber como detectar a tiempo una tragedia.
Debo comunicar que me he quedado exhausto, pues este tema es de un complejo inimaginable, sin igual yo diría, y que mis reflexiones han sido muy duras para llegar hasta esta conclusión, pues tuve que leer ciertos libros de ciencia, miles de páginas y contrarrestar opiniones con otras y estas últimas con otras, y las horas parecían minutos y los minutos segundos, pero al final el trabajo te da la recompensa, VIVIMOS EN UN GIGANTE. Cuando este muera, nos podemos ir despidiendo, como lo hicieron en la era de los dinosaurios, pues aquel gigante era el bisabuelo de este gigante nuestro, que esperemos que lleve una vida sana, haga deporte, cuide el colesterol, en fin que se haga los chequeos pertinentes para su bien y el nuestro.
Pero, siempre existe un pero, cabe la posibilidad, de que el gigante sea hembra, entonces tendríamos que analizar otras circunstancias, tales como la menstruación, el embarazo, y también la complejidad de la curiosa y admirada mente de las mujeres, el ser humano más listo en este planeta después del cura.
QUE DIOS NOS PILLE CONFESADOS.
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