29 de julio, 2009

Lavapiés es un barrio típico y mítico de Madrid, en el cual el nombre parece ser que procede de una fuente que había en la plaza para el lavado de las extremidades inferiores antes de acudir a un templo.

El barrio estaba habitado por mayoría de personas judías hasta su expulsión en 1492.
En este barrio abundan las famosas corralas, lugares muy saludables para vivir en comunidad con espíritu de ser un buen vecino.
Hasta hace poco tiempo abundaban los chulapos y chulapas madrileños y madrileñas, muchos de ellos procedentes de la zona de Malasaña.

En 1980 el barrio de Lavapiés estaba habitado por personas mayores, y a fecha de hoy nos encontramos con una realidad muy distinta.
Lavapiés esta plagado, invadido, y es un nido de gente de mal vivir en su mayoría, los datos no engañan, son de origen chino o magrebí, hasta tal punto que la propia navidad pasa inadvertida, al contrario de la celebración del año chino y el no menos famoso Ramadán.

Mas del 60% son inmigrantes y el caso es que tuve que estudiar durante dos años en un centro universitario de la zona, la carrera de Historia y al salir del metro solo se podía ver y contemplar a gente extranjera traficando con drogas, bebiendo y orinado en cada esquina y múltiples y diversas peleas.

La gente que acude por esa zona son casi todos y todas iguales, dicen ser liberales y hedonistas, cuando en realidad no saben que significan esas palabras y deberían cambiarlas por otras mas acordes y realistas a su condición.
Serán las especias o sabe Dios, pero la suciedad es patente, lamentable y detestable en estos parásitos de una sociedad que ya poco puede hacer por recuperar el espíritu de esa gente mayor que hacían de sus corralas un auténtico arte de confraternización y amistad.
La seguridad ciudadana del distrito deja mucho que desear y dejan indefenso al buen señor de a pie y a la señora que pasea añorando otros tiempos mejores, la evolución del barrio se ha convertido en un desastre.

Todos los días amanece con suciedad de botellas de vidrio rotas, sangre en el suelo de las peleas, los menudeos con la droga es a la luz del día y con un descaro desafiante si les mira el buen ciudadano, atracos con armas blancas y otras, robos de carteras y bolsos y hasta ajustes de cuentas en los cuales se llega al asesinato.
Es penoso ver como borrachos te piden dinero con olor alcohol, observar como a unas jóvenes les asusta el llegar al centro asociado de la universidad, el cual se encuentra a tan solo 30 metros desde el metro, mujeres escondiéndose por las esquinas, mientras estos inquilinos acampan a sus anchas por uno de los barrios más castizos y emblemáticos de nuestro querido Madrid.

Sería del agrado de muchas familias españolas que añoran su pasado, en el cual se podía tomar unas tapas con una cerveza tranquilamente y hablar con los vecinos de cosas y temas tanto intranscendentes como para ayudarse mutuamente en ese espíritu de hermanad.
Por lo tanto, desearía que se hiciera oír al pueblo llano y sencillo, y como no tomar unas medidas para recobrar lo que nunca se tuvo que perder ni ser arrebatado por gente que viven para hacer el mal.
Se formaría a un cuerpo de élite con unas pruebas físicas extremas y se les aprovisionaría del material que fuere necesario para su defensa o ataque a todo aquel que cometa un delito o moleste con aptitudes poco éticas a las personas de bien.
Los materiales, pueden ser gases antivioladores, porras de descargas eléctricas, pistolas último modelo con los mismos efectos de las descargas, porras eléctricas, porras de palo y moldeables, chalecos y guantes de protección para armas blancas o de fuego, y por supuesto armas de fuego para que en casos extremos la defensa sea más contundente.

A cada indigente o persona que haya cometido un delito, será expulsado de España con un sello en su pasaporte para nunca más pisar tierra española SI FUERA ESPAÑOL, a la cárcel de cabeza, también hay muchos españoles en esa zona ,y que la dañan de igual manera, no es cuestión de nacionalidad
Las reuniones de más de 3 personas estarán castigadas con un preaviso de expulsión, y a su vez se perseguirá a todos aquellos que figuren en los archivos y ordenadores de la policía para una vez detenidos, ser expulsados de igual manera.

Estos cuerpos de elite, así como voluntarios de honor hacia su barrio y nostálgicos de otra época mejor sin lugar a dudas, estarán presentes día y noche hasta crear psicológicamente una presión para que ellos mismos, tanto extranjeros como españoles, malhechores en definitiva piensen que no deben seguir por ese camino equivocado, delinquiendo por bandera y cuando se encuentren sin haber realizado ningún hurto sin escapatoria psíquica harán un juramente escrito de respeto a la tierra que les da cobijo y les permitió sus fechorías, deberán de trabajar para el estado de 8 a 10 años para saldar su cuenta con su pasado como delincuentes.

El trabajo asignado será limpiar carreteras de suciedad, en el sector de la construcción etc. y solo serán remunerados con un aseo adecuado, 3 comidas al día y ropa de trabajo, también una cama por persona y diferentes cursos para que quien lo desee acorte la pena y sea un hombre o mujer de provecho.
Una vez que hayan cumplido, serán vigilados con métodos de control, teniendo que firmar en la comisaría mas próxima a su lugar de residencia si tienen dinero y trabajo, si no fuera así, deberán volver a su país y los españoles seguir con un programa especial que diseñaran por ejemplo las fuerzas del ejército, pueden alistarse y cumplir con la obligación de honrar a la bandera nacional, si estuvieran incapacitados se buscaría una solución a corto plazo.

Entonces Lavapiés volverá a ser y tener la esencia del mítico lugar entrañable de teatros, funciones, corralas y tapas con vermú.

Por la caridad entra la peste.